Rebrote de COVID-19 provoca clamor en Brasil para frenar el fútbol por la oleada

Rebrote de COVID-19 provoca clamor en Brasil para frenar el fútbol por la oleada

Tres estados brasileños han ordenado interrumpir los torneos locales de fútbol debido a un incremento de hospitalizaciones y decesos por la pandemia de coronavirus.

El gobierno del estado de Ceará, en el noreste de Brasil, ordenó parar el campeonato local, aunque permite a sus clubes competir en la Copa de Brasil. Las autoridades rectoras del fútbol en Paraná y Santa Catarina, estados en el sur, también pararon sus ligas.

Algunos técnicos y jugadores han planteado incluso si el fútbol debe paralizarse del todo

Aproximadamente 260.000 personas han fallecido de COVID-19 en Brasil, cuyo saldo de decesos es el segundo más alto, por detrás de Estados Unidos.

Muchos gobernadores brasileños anticipan que las próximas dos semanas sean las más letales en el país desde el inicio de la pandemia hace un año.

El gobernador de Ceará, Camilo Santana, instó a la Confederación Brasileña de Fútbol a que ponga alto a todos los partidos de la Copa de Brasil en su estado

El gobernador de Ceará, Camilo Santana, instó a la Confederación Brasileña de Fútbol a que ponga alto a todos los partidos de la Copa de Brasil en su estado.

“Pienso que deben suspenderlo por la crisis en la que todos los estados se encuentran. Pero yo no puedo tomar esa decisión por mi cuenta, la cual afecta a los equipos que participan», dijo Santana al portal Globosporte. “Esperamos tener un dialogo con la confederación para tomar la decisión”.

Algunos técnicos y jugadores han planteado incluso si el fútbol debe paralizarse del todo.

Andrés Rueda, presidente de Santos, se convirtió en el primer líder de uno de los principales clubes en respaldar una segunda suspensión nacional del fútbol, al advertir que la pandemia está “fuera de control en general”.

“Duele, pero tenemos que parar”, dijo Rueda al diario Folha de S.Paulo.

Lisca, técnico del recién ascendido América-MG, es quien más insistido en una suspensión de la actividad.

“Apelo a la Confederación Brasileña de fútbol para darle un alto a la Copa Brasil, posponer estos partidos por un tiempo”, dijo Lisca tras la victoria 1-0 ante Athletic en el Campeonato del estado de Minas Gerais el miércoles. “He perdido a amigos. Entiendo que el fútbol es fuente de entretenimiento y es importante para la gente que está en casa. Pero nuestras vidas son más importantes, no somos superhéroes».

Emmanoel Sacramento, entrenador del pequeño club River en el empobrecido estado de Piaui, emitió el jueves una serie de comentarios que se volvieron virales en las redes sociales.

“El fútbol sigue adelante sin aficionados en los estadios, sigue adelante en medio de las muertes por una pandemia que estremece al mundo. Y el fútbol sigue”, manifestó en una conferencia de prensa, con lágrimas en los ojos.

Pero el técnico Gremio Renato Portaluppi se mostró en desacuerdo al afirmar que un protocolo de pruebas y chequeos médicos permite que el fútbol pueda disputarse de manera segura.

“Lo otro es que le estamos haciendo un favor a la gente, porque al jugar le damos un motivo a la gente para permanezcan en sus casas», dijo Portaluppi en una rueda de prensa.

Portaluppi es amigo del presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien desde el principio ha minimizado el riesgo del virus.

El martes, Corinthians reportó que ocho de sus jugadores dieron positivo previo al clásico contra Palmeiras por el campeonato paulista. Palmeiras pidió que el partido fuera pospuesto, pero se disputó de todas formas y acabó con un empate 2-2.

José Medina, miembro del centro de contingencia del estado de Sao Paulo ante el COVID-19, dijo el miércoles que el campeonato local de fútbol continuará pese a que las clínicas locales atraviesan problemas para atender al elevado número de pacientes.

“Seguiremos el mismo modelo europeo, en el que muchos países que aplicaron cuarentenas mantuvieron la actividad del fútbol”, dijo Medina. “La población necesita un tipo de diversión en un momento tan duro”.

Brasil frenó el fútbol profesional por completo en marzo de 2020, con algunos estados retomando los entrenamientos en mayo. El campeonato nacional, que usualmente inicia en mayor, comenzó en agosto y se completó el mes pasado con Flamengo revalidando el título.

La Confederación Brasileña no se ha pronunciado ante los pedidos de suspender la actividad. Bolsonaro se opone a todo tipo de medida de confinamiento y quiere que se permite el pronto retorno del público a los estadios.

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