Temiendo repunte de contagios, España quiere limitar los viajes en Semana Santa
Temiendo un repunte de los contagios, las autoridades españolas anunciaron este jueves su deseo de limitar los desplazamientos durante Semana Santa, cuando suele haber más viajes, y pese a que han mejorado los indicadores sanitarios.
Al término de una reunión entre el gobierno y las 17 regiones del país, el Ministerio de Sanidad anunció un acuerdo para imponer un cierre perimetral a todas las regiones, lo que significa que no se podrá viajar de una a otra.
El acuerdo prevé también prohibir la celebración de eventos masivos públicos, limitar a cuatro las personas que se pueden reunir en el ámbito privado y extender el toque de queda de 22H00 a 06H00 durante este periodo.
Este paquete de restricciones debe ser ratificado la semana próxima y podría ser resistido por la región de Madrid, una de las más permisivas de España, que ya mostró su desacuerdo alegando la mejora de la situación sanitaria.
Bajo el estado de alarma vigente hasta mayo, estas medidas son aplicadas con distintos grados de severidad por las regiones, competentes en materia de salud pública.
“Nuestro objetivo sigue siendo salvar vidas, no salvar semanas”, declaró el miércoles Carolina Darias, la ministra de Sanidad.
De hecho, el gobierno plantea hacer una campaña institucional con el eslogan: “No salvamos semanas, salvamos vidas”.
Aunque los contagios han bajado en las últimas semanas, el gobierno quiere evitar a toda costa que vuelvan a aumentar, como ocurrió en enero luego de que se relajaran las restricciones en ocasión de las fiestas de fin de año.
Si bien España pasó la barrera de los 70.000 fallecidos el miércoles, la tasa de incidencia descendió a 153 nuevos casos por 100,000 habitantes en 14 días, luego de haber rozado los 900 a finales de enero, y el número de casos y decesos en geriátricos, muy golpeados por la pandemia (cerca de 30,000 muertos), se han desplomado.
Durante la Semana Santa, los españoles suelen viajar o asistir en masa a procesiones religiosas.
Las procesiones de Semana Santa en Sevilla (sur) y otros lugares donde suelen ser multitudinarias, fueron suspendidas por segundo año consecutivo.