La vuelta… sin que se corra la rosca
Los dominicanos que escucharon o leyeron el discurso del presidente el sábado pasado tuvieron que recordar una publicidad de Turismo que ya no está en antena.
República Dominicana es un país inagotable.
Nada falta, todo sobra, y la gerencia de las crisis es obra de genios, y no es que lo diga el Gobierno, sino que lo compruebe la gente.
Tal vez en algunas áreas no haya coherencia, ni congruencia, pero en otras sí. El toque de queda, por ejemplo.
Subir la hora y ser flexible en la circulación es casi un retorno a la normalidad. Cerrar a las nueve y andar hasta las doce, toda una maravilla.
Impensable días atrás.
El Gobierno estaría diciendo ayúdate, que yo te ayudaré, y entonces no será asunto de bares y restaurantes, o del indispensable ocio.
Además de recreo, habrá clases, y no a distancia, sino como en los viejos tiempos, con presencia de alumnos y de profesores.
Nunca pudo cerrarse del todo, tampoco ahora abrirse de golpe, como si no pasara nada. La administración quisiera dar más a la gente, pero le teme a la misma gente.
Busca la vuelta sin que se corra la rosca.