La diáspora dominicana lucha para superar las consecuencias de la pandemia
Esta historia es parte del especial “Un año en pandemia” de Diario Libre, realizado por Mariela Mejía, Yulissa Álvarez, Karen Veras, Suhelis Tejero, Wander Santana, Nathanael Pérez, Severo Rivera, Cristian Cabrera y Yamalie Rosario.
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Ya han pasado 11 meses desde que Belkenis Sánchez perdió su empleo en Puerto Rico. Trabajaba como empleada doméstica y cuidaba de una persona discapacitada, pero con la pandemia, y por temor a contagiarse, sus patronos decidieron despedirla.
“Ha sido tan difícil y todavía estoy desempleada”, dijo Sánchez, que también pasó días difíciles porque el distanciamiento empeoró la situación de violencia doméstica que día a día se esfuerza por superar.
“Gracias a Dios, mis hijos estaban de viaje y no tuvieron que presenciar estas situaciones”, expresó Sánchez, quien llegó a Santurce desde Santo Domingo hace más de cinco años.
Al igual que muchas mujeres dominicanas en Puerto Rico, Sánchez ha podido sobrevivir a la pandemia gracias al Centro de la Mujer Dominicana en Río Piedras, donde también recibe ayuda sicológica para cerrar el ciclo de violencia al que ha estado sometida.
Ella también es una de las 507,670 personas que se han infectado de COVID-19 en el Caribe, donde casi 7 mil han perdido la vida.
Esto es parte del resultado que ha dejado la pandemia en la comunidad dominicana en Puerto Rico y la región, y así lo expresa la diputada de ultramar Adelys Olivares, quien asegura que la pandemia ha venido a incrementar la crisis social y económica que ya existía en la isla.
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Romelinda Grullón es una dominicana que emigró a Puerto Rico en los años 80. Ha sido considerada como una heroína de las migrantes dominicanas en Puerto Rico durante la pandemia. Se ha encargado de conseguir ayuda económica, cupones de comida y asistencia social y sicológica para mujeres maltratadas y víctimas de abuso sexual e intrafamiliar. ( )
Un panorama de crisis también viven muchos dominicanos residentes en Estados Unidos, país que aloja más de 2 millones de criollos, siendo la diáspora más numerosa, donde muchas familias, luego de perder a sus seres queridos, también se han quedado sin empleo.
“Tenemos 40 millones de personas que están desempleadas en Estados Unidos y, de esos, una gran mayoría son dominicanos que están en esta lista y que han perdido trabajos”, dijo a Diario Libre USA Glennis Gómez, activista social y aspirante a concejal por el distrito 26 de Nueva York. “Será muy difícil que puedan recuperar esos empleos”.
Considera que urge comenzar desde ahora a buscar y crear nuevos programas para hacer frente a esa situación de desempleo, y poder empoderar a esta clase, para que las personas que han perdido su trabajo, se puedan preparar para -por lo menos- manejar una computadora.
En Nueva York podrían ser desalojados por falta de pago
Otra realidad que ha sacudido a la comunidad dominicana a raíz de la pandemia es el tema de las viviendas. Ya antes del COVID-19, en Nueva York, la ciudad en el extranjero donde viven más dominicanos, había escasez para conseguir donde vivir.
“Muchas personas en la comunidad dominicana están con la renta atrasada y, entonces, cuando usted tiene la renta atrasada, no tiene trabajo y tiene familia e hijos, la prioridad es tratar de traer un plato de comida a la mesa”, comentó Gómez en entrevista con Diario Libre USA. “No estamos en tiempos normales, que usted perdía un trabajo hoy y posiblemente ya mañana tenía otro, no; tenemos un problema serio de desempleo, y sabemos que, con estas rentas atrasadas, lo que posiblemente pase es que los dueños de estas viviendas desalojen estos inquilinos que no paguen”.
Hay un gran número de familias dominicanas, a decir de líderes comunitarios, que han expresado su temor porque están a punto de ser desalojadas si el Gobierno federal o el Estado vuelve a protegerles.
Es que la ley que les protege como inquilinos está llegando a su fin, y en mayo esa protección que impedía que fueran desalojados durante la pandemia dejará de tener vigencia.
Así estuvieron las calles de la famosa plaza Times Square durante los primeros meses del COVID-19: vacías y desoladas, un panorama nunca antes visto. ( )
Los neoyorquinos también siguen siendo los más golpeados por el coronavirus, ya que, a la fecha, suman un total de 46,790 personas fallecidas, siendo la comunidad hispana la más golpeada, pero han sido beneficiados con la campaña de vacunación.
Según datos del representante de Nueva York ante el Senado de los Estados Unidos, Adriano Espaillat, el Alto Manhattan, lugar donde reside la mayoría de dominicanos, fue el primer vecindario en recibir un centro de vacunación masivo en toda la ciudad, y asegura que diariamente se vacunan más de 2 mil personas.
“No hay un número específico de cuántos dominicanos se han vacunado en Nueva York, pero el 70 por ciento de las personas que han recibido la dosis en ese centro son criollos. Mi propia oficina se ha encargado de llamar a los envejecientes y a miembros de la comunidad para que vayan a vacunarse”, aseguró Espaillat en entrevista con Diario Libre USA.
Hambre como consecuencia de la falta de empleo
Como consecuencia del desempleo, ha surgido la inseguridad alimentaria que ha afectado principalmente a los residentes en el Bronx y en Manhattan, donde está la mayor parte de la comunidad dominicana y latina.
“Si no fuera por esas instituciones y organizaciones que reparten alimentos, la situación fuera mucho más caótica para nuestra comunidad. Devastador ha sido la pandemia del COVID para las familias dominicanas en Nueva York”, afirmó Gómez, quien agregó que para los dominicanos, y en general para la comunidad latina migrante, el panorama luce poco alentador.
“Nosotros venimos a trabajar a este país, y donde no hay trabajo hay incertidumbre, porque se presenta escasez, y los estímulos que han estado aprobando no son suficientes, y, además, esos estímulos solo son para las personas que en 2019 trabajaron y declararon sus impuestos. Esto ha sido un golpe a nuestra comunidad inmigrante, específicamente a nuestra comunidad dominicana en Washington Heights, Manhattan, el Bronx y Queens, donde el COVID arrasó con muchos inmigrantes”, dijo Gómez.
Nueva York fue por mucho tiempo el epicentro de la pandemia en Estados Unidos. ( )
Además del desconocimiento, la falta de acceso a las informaciones sobre la enfermedad, la incredulidad y la barrera del idioma, lo que más ha afectado a la comunidad latina es que los inmigrantes estaban en las calles cuando comenzó la pandemia: manejaban los autobuses; trabajaban en los restaurantes, en las calles, en las lavanderías y en el cuidado de los envejecientes.
Los dominicanos en España también han sido afectados
La situación también afecta a los dominicanos en Europa, donde una gran cantidad de dominicanos fue a estudiar y la pandemia les atrapó allí.
Joel Lecler, de Santiago Rodríguez, vivió en incertidumbre al tener su residencia de estudiante al punto de vencerse y no encontrar citas abiertas para poder gestionar una renovación.
La situación le obligó a contratar los servicios de “buscones”, quienes por aproximadamente 100 euros lograban conseguir citas casi como “por arte de magia”, algo que considera inconcebible en un país del llamado primer mundo.
Contó a Diario Libre USA que mentalmente se vio muy afectado porque duró tres meses encerrado en una habitación, conviviendo con dos personas positivas al COVID-19, y “tener que mirar en las noticias más de 900 fallecidos diariamente en España”.
“La ilusión de venir a España a estudiar y poder conocer gran parte de Europa es el sueño de muchos, y ver como de repente todo se detuvo…”, agregó a modo de lamento.
Dominicanos en el Caribe: hogar de más de medio millón de infectados
“La mayoría de los dominicanos en Puerto Rico se dedican a trabajar en el servicio doméstico y en restaurantes, y con todos los negocios que han quebrado se han quedado desempleados. Por miedo al contagio, muchas mujeres han sido despedidas de los hogares donde trabajaban”, aseguró la diputada Olivares.
No obstante, la legisladora observa que en la isla todo está volviendo a la normalidad “poco a poco”.
En diciembre de 2020, Puerto Rico se convirtió en el primer territorio de la región en comenzar a inocular a sus habitantes, y tras haber distribuido unas 339 mil dosis en toda la isla, el Departamento de Salud ha indicado que, debido a la escasez del líquido y el retraso de las farmacéuticas, estarán vacunando exclusivamente a la población de adultos mayores con más de 65 años.
Con 132 mil casos confirmados y 1,957 muertes hasta la fecha, las autoridades han hecho un llamado a la población general para que respete y espere su turno para inocularse.
“Creo que el proceso de vacunación en Puerto Rico ha sido ordenado. Las personas han respondido al llamado de las autoridades. Con sus altas y bajas, la jornada de vacunación de aquí puede servir de ejemplo para República Dominicana”, dijo la diputada Olivares, quien también es directora de dos centros para ancianos en San Juan.
“A mí me dio COVID en octubre, y aunque haya generado anticuerpos, estoy en espera de que llegue mi turno para ponerme la vacuna”, dijo Sánchez a Diario Libre USA.
Mientras tanto en Cuba, la vacuna Soberana 02 que está produciendo la farmacéutica pública del país, llegó la pasada semana a su fase final, y se espera que, en los próximos días, los científicos que trabajaron en ella, confirmen su eficacia antes de comenzar a administrarla.
Según los investigadores que están trabajando en la dosis cubana, se producirán 100 millones de vacunas que podrán ser aplicadas en personas entre los 35 y 80 años de edad, con posibilidad de ser comercializada.
De igual manera, el proceso sigue lento en el Caribe. Según los datos de vacunación publicados en el portal de la Comunidad del Caribe (Caricom), Trinidad y Tobago administró la pasada semana 2 mil dosis de la vacuna de AstraZeneca, y se espera que para la próxima semana reciban 100 mil dosis más a través del mecanismo mundial de acceso equitativo a vacunas llamado Covax.
Otros países de la región donde ha iniciado la vacunación son Bahamas, Barbados, Jamaica, Guyana, Turcos y Caicos, Islas Caimán, Belice y Bermudas.
Un regreso a clases disperso, con altas y bajas en la región
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 11 países de la región tienen todas sus escuelas completamente abiertas.
Los informes de Unicef aseguran que en Cuba había hasta el 15 de enero pasado aproximadamente 8,257 escuelas abiertas, lo que ha beneficiado alrededor de 1,128,461 niños. Mientras que Puerto Rico espera reabrir algunos planteles en este marzo mediante la Orden Ejecutiva 2021-017 firmada por el gobernador de la isla, Pedro Pierluisi.
“Yo no creo que Puerto Rico esté listo para reabrir las clases y mucho menos las primarias. Creo que sería más factible que abran poco a poco, pero las universidades. Somos adultos y sabemos cuidarnos más”, dijo Emily Cleto, una dominicana de 20 años, estudiante de Ingeniería en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
Al ser entrevistada por Diario Libre USA, Rodríguez dijo que el sistema virtual para tomar clases es ineficiente. “Nos hemos adaptado, y algunos profesores son comprensivos. Creo que podemos esperar un poco más, hasta que más personas sean vacunadas”, expresó la dominicana.
En el caso de Haití, Unicef no identifica el número de escuelas que están abiertas, no obstante, resalta que ha habido una reapertura parcial, que ha beneficiado a más de 4 millones de niños.