Atracadores matan a cuchilladas a un vigilante cuando salió a trabajar en Santiago
Delincuentes le quitaron la vida de varias estocadas a un vigilante privado que la mañana de este domingo salió hacia su trabajo desde el sector Villa Rosa Dos, en Cienfuegos, distrito municipal Santiago Oeste, para atracarlo.
La víctima es Bernardo de los Santos, alias Nacho, quien fue interceptado por varios delincuentes que pretendían arrebatarle dinero y otras pertenencias y lo hirieron en el cuello y otras partes del cuerpo con un arma blanca.
De los Santos laboró durante 10 años para una compañía de vigilancia privada.
En Villa Rosa Dos se confunde el llanto y la congoja en las casas de sus vecinos, en un lamento colectivo que evidencia el sentimiento de luto por el homicidio del hombre que definieron como bueno, honesto y colaborador de su comunidad.
Los comunitarios dicen que a Nacho lo mataron los hombres que hace un tiempo tomaron el control de esa y otras comunidades vecinas en Santiago Oeste y que han puesto de rodilla a los moradores, al adueñarse de sus calles.
“Es terrible. No hay ningún tipo de sensibilidad por la vida humana”, se lamentó el pastor Pablo Ureña, director de la organización Niños con una Esperanza, donde uno de los cuatro hijos de la víctima estaba matriculado.
“Sangre inocente vuelve a correr en nuestra comunidad”, indicó Ureña, al recordar los hechos de violencia recientes que han arrebatado otras vidas en Santiago Oeste.
De los Santos salía antes de las 6:00 de la mañana cada día para trabajar y era el escudo de las decenas de mujeres que también han sido víctimas de atraco. A muchas, las acompañaba en el trayecto hasta salir del barrio, porque se sentían seguras con él.
“Incluso él pasaba todos los días para su trabajo y yo le decía: vecino espéreme para irme con usted. Para irme acompañada todo ese pedazo por miedo a la delincuencia”, contó Juana Báez sobre quien dijo fue su “decente vecino”.
“Tenemos el alma partida”, indicó otra de las damas que llora cual si se tratara de un pariente muy cercano.
“No, aquí no hay seguridad”, expresó Carmelina Rodríguez, antes de derramarse en llanto y pedir justicia por la muerte del vigilante. Dijo que la víctima alcanzó a llegar hasta el frente de su casa pidiendo ayuda y luego se desplomó sin vida en la calle.
Los atracos en ese mismo trayecto, donde los desconocidos atacaron al vigilante, son muy frecuentes. “Eso es diario, es a cada rato”, manifestó un hombre, indignado, que no quiso identificarse.
Los residentes en la comunidad reclaman justicia y mayor vigilancia, sobre todo en horario de la madrugada, cuando los trabajadores están más expuestos a los delincuentes.