Salvini bendice a Draghi “sin condiciones”
El Movimiento 5 Estrellas tiró al suelo la puerta de los palacios romanos en marzo de 2018. Ganó las elecciones con un 33% de los votos con un discurso antisistema, euroescéptico y muy beligerante con las entidades bancarias. Su fundador, el cómico Beppe Grillo, azote de ese mundo del establishment que señaló tantas veces como causante de todos los males de los italianos, se ha sentado esta mañana frente al hombre que mejor representó ese universo durante aquellos años. Solo tres años después de aquella victoria, los grillinos, un experimento sin parangón en Europa, se han convertido en una fuerza de estabilidad capaz de entregar su botín electoral al expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, por el bien de Italia. Lo mismo le ha sucedido a la Liga de Matteo Salvini, un político que subía al estrado de sus mítines hasta hace muy poco con una camiseta que pedía la abolición de la moneda única y que el sábado mostró su “sintonía” con la persona que salvó dicha divisa. Draghi ha logrado en pocas horas lo que nadie podía imaginar hace unos meses y ha abierto la política a un enorme cambio de paradigma.
Draghi reservó para el último día de la primera ronda de consultas las reuniones más peliagudas. El sábado ha sido el día de los dos partidos que durante años han pregonado contra el euro y contra Bruselas: la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. La formación fundad por Beppe Grillo, que se marchó si hablar tras el encuentro, se reunió largamente con Draghi. Tras el encuentro, los grillinos se mostraron dispuestos a apoyar al nuevo Ejecutivo, siempre y cuando se respeten algunas de sus ideas fundacionales como el medio ambiente o no se “debilite” la Renta Ciudadana. Ningún obstáculo que el banquero no pueda navegar con facilidad.
Grillo aseguró antes de entrar que las “fresas están maduras” y pidió el apoyo al nuevo Gobierno. El problema es que el M5S deberá convencer a una amplia parte de su militancia. Es posible incluso que deban someter a votación la decisión.
La Liga fue el primero en escuchar la propuesta de Draghi, que no debía esperar este nivel de unanimidad. El líder de la formación de ultraderecha no le conocía. Se había visto una vez en un aeropuerto, admitió. Pero no pudo ir mejor. Un Salvini irreconocible salió encantado de la reunión y aseguró que no podrá condiciones para apoyarle. “Nos ha reconfortado escucharle hablar de infraestructuras, crecimiento y desarrollo. Hemos tenido media hora de debate sobre temas y la idea de Italia, que en muchos aspectos coincide. Estamos contentos que en el centro esté el desarrollo, el crecimiento, la obra pública, que es lo que necesita Italia para volver a empezar. El profesor Draghi ha puesto el turismo en el centro del relanzamiento, y eso nos gusta”.
Salvini, que se dedicó a citar a figuras como De Gasperi o De Gaulle, explicó también que si entra en el Ejecutivo lo hará “sin condiciones”, pese a que podría hacerlo, como él dice, sentado junto a algún partido que promovió el proceso en el que se encuentra envuelto por haber bloqueado la entrada de barcos a Italia con inmigrantes rescatados a bordo. “Otros dicen que no quieren ir con la Liga en el mismo Gobierno. No ponemos condiciones de personas, ideas o movimientos. El bien del país debe superar el personal y el de los partidos”, señaló. El líder de la Liga dejó abierta la partida. Draghi debe realizar una segunda ronda de reuniones con los partidos la semana que viene. “Si estamos convencidos de la idea de Italia, será un sí convencido. Pero si no se dan las condiciones, porque otro partido quiere aumentar las tasas, frenar la obra pública, nuestro juicio será otro. Estamos demostrando lealtad y seriedad”, señaló.
Giancarlo Giorgetti, el hombre con más experiencia de su partido, bisagra con el mundo empresarial de la Liga y líder del ala más centrista de la Liga, quien mantenía un contacto estrecho con el ex banquero. Y ha sido él quien ha convencido al líder de su partido para entrar en una operación histórica para formar un gobierno de concentración entre fuerzas que se han despellejado salvajemente hasta hace pocas horas. Y será, probablemente Giorgetti, quien capitalizará ese apoyo a través de un ministerio en el nuevo Ejecutivo.
Salvini se abrió lentamente estos días a entrar en ese Ejecutivo que rechazaba al principio. “Me gustaría que estuvieran todos los partidos. Es un momento en el que se necesita la energía de todo”, lanzó cuando su socia de Hermano de Italia, Giorgia Meloni ya había dicho que no entraría. El problema de una posible llegada de la Liga a la supercoalición lo tendrá ahora los partidos que siguen imponiendo vetos sobre Salvini y sus huestes. El sapo político será complicado de digerir para el M5S, el PD y Libres e Iguales, el partido más a la izquierda de la vieja mayoría de gobierno, que ya ha advertido que no estará junto el líder de la Liga en un Ejecutio. Pero Draghi ya advirtió a los socialdemócratas de su intención cuando estos empezaron a poner pegas. “Agradezco la franqueza. Pero la síntesis la hago yo. Luego, claro podréis decir qué os parece y valorarla”, publicaba este sábado la Repubblica.
Nadie duda de que Draghi deberá construir un Gobierno híbrido: entre técnico y político. Al menos, se espera, reservará una cartera para cada una de las fuerzas que participen en el nuevo artefacto. Pero habrá muchos puestos reservados para perfiles técnicos que conoce bien, especialmente en carteras como Interior o Economía. Vuelve a hablarse de nombres como el ex directivo del FMI Carlo Cottarelli o de Lucrezia Reichlin para la cartera económica. De la expresidenta del Tribunal Constitucional, Marta Cartabia, para Justicia. Y de algunos nombres que podría repetir, como la funcionaria Luciana Lamorgese en Interior.
Draghi, sin embargo, no parece que tenga prisa y se ha reservado una segunda ronda de consultas con los partidos y con los sindicatos durante la semana que viene. Algunas de las personas que han despachado con él estos días aseguran que la tranquilidad que emana contrasta con el ritmo habitualmente frenético de la política italiana. “Va a suponer un cambio histórico en la manera de hacer las cosas”, señalan fuentes e Italia Viva, el partido que ha impulsado su nombramiento abriendo la crisis de Gobierno.