El tire y jala de la Junta y los partidos
Nada valdrá que la Junta o los partidos modifiquen la legislación política y electoral, si el organismo no varía el ánimo y las organizaciones no reconocen su autoridad.
De palabra y de obra.
El pleno podría ser calificado de flamante, por lo todavía reciente de su composición, y lo más importante: fue integrado con el mejor de los consensos.
Solo al PLD no se tuvo en cuenta, o solo el partido morado no quiso ser socio o cómplice de la situación creada.
Dijo que no y no, como niño malcriado, aunque -particularmente- a quien supuso sería nombrado presidente.
Las rabiascas en política son buenas si son fingidas, y parece que las del PLD fueron un movimiento táctico que no explicó, pero que más adelante se pondrá en evidencia.
Además de que pronto aplicó la consabida suerte de a lo hecho, pecho, pues cuando necesitó asistencia técnica y legal, acudió con la cara de lo más fresca.
Como si nada hubiera pasado.
Esa actitud contrasta con los grupos de la acera de enfrente, que dieron en principio anuencia y expresaron complacencia, pero que a la primera resolución, replican.
Y ni siquiera disimulan, sin darse cuenta de que ahora es cuando falta mambo.