Padre de Arnaldo Muñoz habla sobre el rapto que sufrió
El productor arrocero raptado y más tarde liberado el sábado por cuatro hombres armados, detalló este domingo que uno de los delincuentes le aseguraba que no le pasaría nada si colaboraba con lo requerido.
Francisco Rafael Muñoz, padre del ex lanzador de Grandes Ligas, Arnaldo Muñoz, dijo que los delincuentes lo perseguían por el kilómetro 7 del distrito municipal Jicomé en el municipio Esperanza, pero al intentar evadirlos se le atravesaron delante.
Los delincuentes armados, le apuntaron con el arma para obligarlo a bajar los cristales de su vehículo, lo cual hizo cuando uno de los hombres manipuló el arma, con intención de dispararle.
El productor arrocero asegura que solo ha hecho bien a lo largo de su trayectoria como empresario, “quizá por eso Dios metió la mano por mí”.
Los asaltantes golpearon en la cabeza al productor y abordaron su yipeta, una Hilux color blanco placa L368376, lo montaron en el asiento trasero y dos de ellos se montaron a su lado y condujeron en ruta hacia Santiago.
“Yo no tengo enemigos, yo lo que hago mucho bien a todo el mundo” indicó.
Muñoz de 66 años, sostiene que pensó lo peor cuando se encontró en medio de los desconocidos armados, pese a que uno de ellos le dijo en tres ocasiones que no se preocupara porque no le pasaría nada.
Los delincuentes despojaron al arrocero de $20,000 pesos que sacaron de sus bolsillos, otro efectivo que había en las gavetas del vehículo, una escopeta, dos celulares y su vehículo.
Tras abandonar la avenida Circunvalación Norte, los atracadores tomaron la ruta hacia Cienfuegos, en el distrito municipal Santiago Oeste y lo dejaron abandonado, tras ordenarle que saliera del vehículo y caminara en dirección contraria. Le ordenaron que lo hiciera sin mirar atrás.
“Me dijeron: desmóntese aquí y camine para allá y no mire para atrás. Así yo lo hice, ahí le dieron para atrás y al rato yo salí, pero no por donde ellos me entraron sino por otro lado donde había viviendas y pedí auxilio” narró.
El empresario asegura que, en el trayecto, dos de sus captores discutían porque no lograban ponerse de acuerdo.
Los delincuentes también se llevaron los documentos del empresario.