Conte presenta su dimisión e intentará formar un nuevo Gobierno
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha presentado esta martes su dimisión ante el presidente de la República, Sergio Mattarella. Conte ha acudido al Palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado, tras una reunión extraordinaria esta mañana del Consejo de Ministros donde comunicó su renuncia al cargo para abrir formalmente una crisis de Gobierno. El primer ministro dirige una coalición formada por los partidos Movimiento 5 Estrellas, Partido Democrático y Libres e Iguales. La decisión de Conte, forzado por la falta de apoyos en el Parlamento tras la retirada de Italia Viva, el partido de Matteo Renzi, que ha mostrado su oposición a, entre otras cosas, el plan de recuperación para salir de la crisis económica, sume de nuevo a Italia en un escenario de incertidumbre que deberá resolver en un plazo de unas 48 horas.
Conte ha pedido a Mattarella que le traslade de nuevo el encargo de formar su tercer Ejecutivo (el tercero en tres años) y sondeará a las fuerzas políticas para tratar de reunir un nuevo grupo parlamentario que aglutine a tránsfugas dispuestos a brindarle el apoyo necesario. Tras reunirse con el presidente italiano, Conte se ha dirigido al Parlamento para dar a conocer su decisión al presidente de la Cámara de los Diputados, Roberto Fico, y la jefa del Senado de la República, Maria Elisabetta Alberti Casellati.
El presidente Mattarella iniciará una ronda de consultas este miércoles y hasta el jueves con los líderes de todas las formaciones políticas para comprobar el grado de solidez que podría tener un nuevo ejecutivo liderado por Conte. Quiere que solucionarlo antes del fin de semana. Pero es una crisis en mar abierto y cabe también la posibilidad de que en ese espacio de tiempo aparezca un nuevo nombre de consenso para formar el Gobierno y el presidente de la República le traslade a él el encargo. Y ese ha sido uno de los asuntos por los que el primer ministro se ha resistido a dimitir hasta ahora.
La solución pasa ahora por formar un nuevo Ejecutivo desde cero que permita involucrar a los nuevos socios y alcanzar un pacto de legislatura. El problema es que Conte no se fía de que, en el tránsito entre un Gobierno y otro, aparezca otro nombre para sustituirle. Por eso, hasta este momento, todos los movimientos de Conte deben interpretarse en clave defensiva: como haber protegido al ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, que debía exponer mañana su obra de gobierno en el Senado. Bonafede es una figura clave del M5S y su cercanía le garantiza el apoyo del partido. Conte intentará repetir. Pero también se esforzará en que no pueda surgir otro nombre.
El grupo de tránsfugas que el palacio Chigi habría conseguido reunir prometiendo cargos y subsistencias varias en sus escaños —con fugados de Forza Italia, del grupo mixto y, quizá, también de Italia Viva— quería que se formalizase la crisis para adquirir la visibilidad y dignidad suficientes de un nuevo grupo. Pero Conte exigía ciertas garantías de que será el elegido para guiar ese tercer Ejecutivo si dimite. Algo difícil si Renzi se encuentra en el centro de la partida.
El florentino, profundamente enemistado con el primer ministro, sigue pensando que Conte puede ser sustituido fácilmente. Si de él depende la formación de un tercer Ejecutivo, presionará para desalojar al premier y a su entorno de confianza definitivamente del palacio Chigi. Algunos parlamentarios de Italia Viva, sin embargo, han prometido lealtad a Renzi a cambio de que no suma al país en el caos de nuevo si se presenta la oportunidad de formar un nuevo Gobierno y salir de la crisis en la que se encuentra.
La hipótesis de un Gobierno de unidad nacional solo la defiende ahora mismo Forza Italia. El ex primer ministro Silvio Berlusconi, siempre con un ojo en sus empresas, cree que eso proporcionaría más estabilidad al país. La otra opción sería que su partido entrase a formar parte de la coalición, algo que verían con buenos ojos el PD y el propio Conte. Pero el M5S tendría muchos problemas para explicarlo a sus electores. El resto de partidos de la oposición (la Liga y Hermanos de Italia) prefiere que se convoquen elecciones lo antes posible, tal y como recordó el domingo el líder de la Liga, Matteo Salvini. La crisis comienza este martes.