Portugal elige presidente en plena tercera ola de la pandemia
En medio de un estricto confinamiento sanitario para frenar el avance del coronavirus, los portugueses han comenzado a votar este domingo para elegir presidente para los próximos cinco años. Aunque el actual mandatario, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, se perfila como el claro favorito, la gran pregunta es el índice de participación cuando el virus en el país vecino está fuera de control. Sin embargo, y para desmentir los augurios que preconizaban días atrás una abstención de hasta el 70%, el diario portugués Público da este mediodía una afluencia a las urnas del 17,07%, casi dos puntos por encima de las últimas presidenciales de 2016 y casi cuatro respecto a las celebradas en 2011 (13,39 %).
La jornada está transcurriendo con normalidad y todos los centros de votación están abiertos. En muchos se ven largas colas y medidas de distancia social, pero el tiempo de espera no es demasiado elevado, según el mismo diario. “Estoy aquí la primera para evitar grupos y colas”, ha dicho a Reuters Cristina Queda, de 58 años, que llegó a su centro electoral a las ocho de la mañana. “Desde que se decidió que no se iba a cambiar la fecha de las elecciones, decidí llegar temprano para evitar este tipo de situaciones”. Habrá que esperar al cierre de las urnas a las ocho de la tarde hora local (una hora menos en la España peninsular) para saber si Rebelo de Sousa revalida su mandato o si está obligado a pasar a una segunda vuelta si no supera el umbral del 50% de los votos, lo que supondría una gran victoria sin precedentes para el emergente diputado de ultraderecha André Ventura.
Para evitar este escenario, el primer ministro, el socialista António Costa, que ha esperado media hora para votar ha animado a la población a depositar su sufragio a pesar de la amenaza de la pandemia, al tiempo que ha recordado la necesidad de cumplir con las normas de seguridad estipuladas para contener la propagación de la covid-19. “Estamos en un momento gravísimo de la pandemia, pero se ha hecho todo para que la gente pueda ejercer su derecho de voto”, ha dicho. Costa ha señalado además que, sean cuales sean los datos de participación, no quitarán “legitimidad” al vencedor. También ha recordado que las elecciones están transcurriendo entre medidas de seguridad sin precedentes, con equipos de desinfección en todos los colegios electorales del país.
Rebelo de Sousa, de 72 años y que ha sido uno de los primeros en votar en un colegio de la ciudad de Celorico de Basto, en Braga, ha declarado que “encara estas elecciones sin nerviosismo. A mi edad se pierden y se ganan muchas elecciones, uno se acostumbra a todo y está preparado para todo. Llevo preparados discursos para la derrota, para una segunda vuelta y para la victoria” en referencia a una hipotética, pero poco probable, segunda ronda. Los sondeos conceden a Rebelo de Sousa entre un 58% y un 62 % de los votos. A gran distancia, Ventura se encuentra como segundo candidato más votado (en torno a un 12% o 13 %) en situación de empate técnico con Ana Gomes, que también ha sido de las primeras en votar. Ventura, por su parte, ha llamado a la participación ciudadana en las elecciones, argumentando que “el arma” para “usar es el voto” en tiempos de pandemia y crisis, porque “el futuro está en juego”.
Ventura es una figura anómala en la política de Portugal, un país que se había distinguido por cortar la emergencia de la ultraderecha que ha marcado la política europea en los últimos años. Dos años después de la creación del partido Chega! (¡Basta!), el dique de contención parece haber registrado sus primeras grietas, en lo que supone el fin del excepcionalismo portugués.
El caso de Gomes es excepcional: es diputada socialista pero comparece con el apoyo de otros dos partidos, Pueblo-Animales-Naturaleza (PAN) y Livre, dado que el primer ministro y líder socialista, António Costa, ha eludido respaldarla. El resto de los siete candidatos no supera el 10%.
“Votar es seguro”
Los comicios vienen marcados por los nuevos récords de muertes y contagios de coronavirus, con filas de ambulancias a la entrada de hospitales en la jornada de reflexión. El país es líder mundial en muertes y nuevos contagios por millón de habitantes, según datos de la Universidad de Oxford, y vive al borde del colapso sanitario. Este sábado superó la barrera de las 10.000 muertes desde que comenzó la pandemia y registró más de 15.000 contagios en las últimas 24 horas. Portugal permitirá salir del confinamiento para acudir a las urnas para 10 millones de personas (un millón y medio de ellas en el extranjero). “Votar es seguro”, afirman carteles colocados, entre otros sitios, en el Metro de Lisboa, en los que se informa de que será obligatorio el uso de mascarilla, mantener la distancia en la cola, desinfectarse las manos y, a poder ser, llevar su propio bolígrafo.
“Siempre voté y no será esta la vez que me quede en casa. Cada vez es más importante votar”, afirma tajante a Efe Eulália Frexes, que espera paciente su turno en una calle de Lisboa, en la que hay jóvenes, familias con niños y jubilados. Freixes lleva máscara, gel y su propio bolígrafo desde su casa , donde nunca pensó quedarse, pese al empeoramiento de la pandemia: el presidente de Portugal, argumenta, es un cargo demasiado importante como para optar por la abstención.
Además, se han tomado medidas extraordinarias para estas elecciones, como permitir el domingo electoral la movilidad entre municipios para votar —algo prohibido los fines de semana— y ampliar el voto anticipado.