Las ligas del Caribe no están dispuestas a desprenderse de talento por dopaje
Un positivo por cocaína en marzo de 1992 no solo provocó la suspensión por un año al exlanzador Pascual Pérez, terminó con su carrera en Grandes Ligas, perdió los US$1.9 millones que ganaría con los Yanquis (US$3.5 MM al valor de hoy) y también lo restringía de jugar en el país. Era su tercer capítulo tras uno en 1984 y otro en 1989.
Limitaciones similares sufrió el ex receptor Gilberto Reyes, cuyo positivo a drogas sociales en la Lidom lo sacó de competencia y le ocasionó una suspensión por 60 días en Grandes Ligas (donde ya había fallado a otra prueba), a la que apeló y ganó, pero ya cuando se había cumplido la pena. El entonces comisionado Fay Vincent adoptó castigos a ambos jugadores por hechos cometidos en República Dominicana y Estados Unidos.
Hoy, las ligas del Caribe y el Pacífico mexicano, además de tener posiciones laxas contra el dopaje, no restringen la participación de aquellos jugadores suspendidos por el programa de la Major League Baseball. Tampoco está en su ánimo cerrar más la ventana de talentos que ya de por sí es amplia con las restricciones que impone el Winter League Agreement, el acuerdo que autoriza jugar en el invierno a los peloteros bajo contrato de MLB.
Es lo que plantean varias fuentes cercanas a los equipos consultadas por DL que piden la omisión de sus nombres. Nada lo prohíbe. Ni el acuerdo de trabajo entre MLB y jugadores, ni el Winter League Agreement. Y aplica la máxima del derecho: “Lo que no está prohibido está permitido”.
“Las ligas no quieren que les pongan más restricciones y no legislarán contra su propio espectáculo. Que un jugador haya sido suspendido en el lugar donde él trabaja, jurisdiccionalmente, no tiene por qué aplicarse en otra liga”, dice un ejecutivo.
Otros entienden que la MLB ha cambiado de postura y ve en los circuitos caribeños una plataforma para que los jugadores suspendidos en su sistema encuentren una competencia de nivel para mantener la forma mientras purgan sus condenas.
“Caramba sí, lo han suspendido ahí, pero es una forma también de, al ellos jugar, mantenerse en forma, y quizás pensar de que lo que han hecho es algo que no es lo correcto y toda persona tiene derecho a enmendarse”, dice otra figura cercana a la Lidom.
Si bien la MLB como organización y la unión de jugadores (MLBPA en inglés) ejecutan un programa conjunto para castigar el uso de sustancias controladas los equipos no siempre entran en la misma sintonía.
El abogado dominicano Juan Francisco Puello Herrera es la máxima autoridad del béisbol del Caribe. Lo ha sido por casi 30 años.
Puello reveló a DL que la Confederación del Caribe lleva varios años evaluando cómo abordar el tema, pero reconoce que es un tema en el que la entidad que dirige no puede trazar pautas a las ligas miembros.
“Es algo que pudiera ser un tema interesante, incluso este año si nos lo permite la pandemia pensamos hacer un congreso donde vamos a tocar algunos puntos y ese será un punto interesante a tocar, sobre todo, de rehabilitación más que de otra cosa. Un jugador de esto de Grandes Ligas que ha sido suspendido, qué más pudieran las Grandes Ligas que decirle que siga jugando en estas ligas y puede rehabilitarte y sí, nosotros podríamos tener un programa de rehabilitación que yo diría que es lo más correcto”, dijo Puello.
Tal congresillo tendrá lugar antes de la Serie del Caribe de Mazatlán, México, programada para celebrarse entre el 31 de enero y seis de febrero.