Exportaciones digitales y la recuperación K de la económica dominicana
Nadie discute que uno de los efectos más duradero de la pandemia del COVID-19 será la digitalización de todo o casi todo. Desde los abuelos en Zoom a una generación Z que está aprendiendo de otro modo y que aun con las carencias existentes están viviendo la escuela y la vida en una pantalla. La brecha digital hará más grande el espacio entre los que tienen y los que no. Pero también hay una oportunidad de implementar las políticas públicas y tomar las medidas para acortar esa brecha. Hay soluciones inmediatas y otras a mediano plazo, pero todas deben empezar AHORA. Desde introducir codificación a el curriculum escolar de primaria, eliminar la burocracia y las barreras que restringe los negocios online (alto costo de servicios financieros, por ejemplo) y la mejora de logística para este tipo de entregas individuales hasta apoyar la aceleración de los cambios de las empresas, especialmente las mipymes. Es en este último punto en el que nos concentraremos debido a razones de espacio.
La recuperación K
Los economistas tratan de predecir lo que nos depara el futuro y describen gráficos económicos en forma de V, L o W según su nivel de optimismo o de peores escenarios. La consultora McKinsey señala la posibilidad de una recuperación K. En la que no hay valles ni picos simples. Algunos, tomarán la parte alta de la K, ésos son los que se están adaptando rápidamente a la digitalización o ya lo habían hecho y la parte baja de la K están los que no. Los que no saben, no quieren o no pueden. Los que no quieren, están condenados a desaparecer. A los otros, tenemos que ayudarlos con un sentido alto de la urgencia. Vamos a resaltar 2 de las mayores tendencias y haremos algunas de las sugerencias para que las empresas puedan capitalizar de ellas.
Los consumidores están cambiando
El consumo online ha aumentado más de un 30% en muchos mercados. Lo novedoso es que más del 50% de esos compradores dicen estar abiertos a seguir comprando online, probar otras marcas y podrían quedarse con esas nuevas marcas si les gusta.
Por eso, cientos de suplidores en todas partes del mundo están tratando de llegar a los consumidores directamente y apostando por este cambio. La asociación de carnes frescas (de ganado alimentado solo de hierbas) de Nueva Zelanda, por ejemplo, puso su propia plataforma de ecommerce para promocionarse y vender directamente a los consumidores en Estados Unidos. Los grandes detallistas han mejorado la experiencia y el servicio de ventas online y se han beneficiado de esto como es el caso de los grandes detallistas como Walmart o Target. Pero también productos de nicho han crecido como nos lo cuenta los gerentes de brandofdominicanrepublic.com que han creado una plataforma para que América Latina y el Caribe venda sus productos, sobre todo para la Diáspora. Por ese sitio están llegando a muchos países mermeladas y otros productos artesanales criollos.
Cada minuto que nuestros productos no están online o que tienen una presencia que no permite la agilidad de compra y entrega, estamos perdiendo dinero como empresa y dejando de ayudar al país con sus divisas. La digitalización y la venta en línea es imperativa, urgente y debe ser parte integral de toda estrategia empresarial exportadora en 2021. Con plataformas existentes o propias, en grupo o individual.
La gestión y venta negocio a negocio se está haciendo online
En una encuesta de EY, los negocios están comprando a sus suplidores online casi en un 100% debido a la pandemia. Pero estos compradores aseguran que esta tendencia continuará para el 79% de ellos. Es decir que encontrar compradores es hoy más fácil porque todos están online, pero más difícil si no estamos en condiciones de operar online ágilmente. ¿Qué quiere decir esto? Según esa misma encuesta y otras, debemos tener informaciones claras y precisas (ser transparente, tener acceso a precios), facilidad de uso y capacidad de gestionar todo, desde la compra a la entrega online. Esto quiere decir que no es simplemente tener una pagina web con información, sino que debemos ser capaces de tener una gestión digital. Al principio esto puede ser un gasto significativo, pero puede abaratar costos a mediano plazo y generar una mayor eficiencia en las mismas empresas. Y esto es cierto tanto para los clientes como para los suplidores.
Estos dos datos nos hablan de la urgencia de tener una estrategia de mejorar la digitalización de las empresas como parte esencial de las políticas y programas públicos y de los planes de cada empresa en este 2021. Y si todos vamos a estar online tanto para vender como para comprar, mejor intentar también exportar y ganar nuevos mercados a pesar de la pandemia. Las estadísticas nos hablan de un comercio internacional en recuperación y aunque se vea amenazado con los nuevos brotes, el consumo de bienes y servicios seguirán cambiando, pero seguirán siendo demandados. Lo importante es tener un canal digital ágil o mejor aún, operar completamente digital y capitalizar esto con una estrategia exportadora consistente. Porque en la vida análoga como en la digital la consistencia de esfuerzo es el pilar indispensable para los mejores resultados.