Trump da un espaldarazo a Marruecos al reconocer su soberanía en el Sáhara Occidental

La Administración saliente de Donald Trump ha reconocido este jueves, a solo seis semanas de abandonar el poder, la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel, alcanzado con la mediación de Washington. Marruecos se convierte así en el cuarto país árabe que pacta normalizar sus relaciones con el Estado judío, después de que en agosto lo hiciera Emiratos Árabes Unidos y le siguieran en septiembre Baréin y en octubre Sudán, en los conocidos como Acuerdos de Abraham. Trump toma esta histórica decisión antes de entregar el poder el próximo 20 de enero y sin que haya reconocido aún su derrota en las elecciones presidenciales.

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Netanyahu da la bienvenida al cuarto país árabe que se acerca a Israel en cuatro meses

JUAN CARLOS SANZ / JERUSALÉN

En la primera noche de Januká, la fiesta judía de invierno, Benjamín Netanyahu ha recibido el cuarto regalo de Donald Trump en apenas cuatro meses. Cuando los días del presidente republicano en la Casa Blanca están contados, el primer ministro israelí, bajo la amenaza de nuevas elecciones y un juicio por corrupción, saludó este jueves con entusiasmo el anuncio de una “histórica paz” de la normalización de relaciones con Marruecos.

La promesa de “paz cálida” que, a su juicio, representa el intercambio de oficinas de representación —como la que ya tuvo Israel en Rabat hace un cuarto de siglo—, y el establecimiento de vuelos directos entre ambos países, tiene claras ventajas. Además de reforzar su perfil como estadista, verá también apuntalada su popularidad entre decenas de miles de israelíes de origen marroquí, que son parte de su base electoral.

Pero también supone un precio. La diplomacia transaccional apadrinada por Trump en beneficio del Estado judío conlleva concesiones. El reconocimiento de Emiratos Árabes Unidos en agosto se acaba de plasmar en el Congreso de EE UU en la aprobación de un programa de rearme del Ejército emiratí por 23.000 millones de dólares (19.100 millones de euros). El caso de Baréin fue una mera cesión de Arabia Saudí para no tener que dar el mismo paso. Y la normalización con Sudán está aún en el aire. Civiles y militares no se han puesto de acuerdo en Jartum sobre la necesidad de establecer relaciones con Israel. De hecho, las autoridades sudanesas advierten de que no estrecharan lazos con Israel mientras Washington no cumpla su promesa de levantar las sanciones heredadas del régimen del depuesto dictador Omar Bashir.

Los responsables palestinos condenaron sin dilación el acuerdo israelí con Rabat, que rompe de nuevo el consenso de la Liga Árabe en vigor desde hace dos décadas, esto es, que el reconocimiento con Israel solo se puede producir a cambio de una Palestina independiente.

“Para España, solo cabe el respeto a las resoluciones de la ONU”. La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, que se encontraba de visita oficial en Ramala, capital administrativa de la Autoridad Palestina, fue taxativa. Dio la bienvenida este jueves al anuncio de normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, “como no podía ser de otra manera”, pero recordó que también “hay que resolver la paz entre israelíes y palestinos y la cuestión del Sáhara Occidental”.

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