Los Toros dominan una primera parte donde el pitcheo somete a los bates

En un escenario de bates “oxidados” por la reducida actividad en juegos oficiales del verano el pitcheo manda en los primeros 33 compromisos del torneo otoño-invernal como lo demuestra el promedio colectivo de .215. En ese contexto, los brazos han impuesto la ley con una efectividad colectiva de 2.66.

Solo Toros (+3) y Licey (+6) tienen diferencial positivo de carreras. Las Águilas Cibaeñas llevan la ofensiva más prendida (.225) y en Estrellas (.196) la situación tiene a la gerencia con dificultad para conciliar el sueño.

Pasada ya la fase en la que los clubes ilusionaban y sus fanáticos intimidaban con los nombres que se anunciaban, la primera pausa técnica encuentra unas tablas de posiciones abiertas, sin lugar a pánico en la cola o espacio para relajamiento en la punta.

Las lluvias y el COVID-19 se han combinado para permitir que solo se hayan disputado 33 de los 48 juegos que estaban programados hasta la fecha. Un contexto que obligará a disputar en el mejor de los casos 42 partidos en 16 días, siempre y cuando no se requieran prórrogas.

El Licey (4-3) y Gigantes (3-4) tendrán que disputar 23 juegos en poco más de dos semanas, una situación incómoda que ha llevado a los directivos azules a pedir una extensión de la serie regular.

Los Toros (8-5, .615) dominan con la misma receta que el torneo pasado, un sólido cuerpo de abridores que ha vuelto a responder, si bien su ofensivo solo ha producido 36 carreras (2.7 por choque).

Los de Lino Rivera solo han utilizado 66 lanzadores, mientras que las Águilas (con igual cantidad de encuentros) llevan 78. La rotación integrada por Domingo Germán, Paolo Espino, Jorge Martínez, Raúl Valdés y Carlos Hernández tiene un promedio de carreras limpias de 1.40. En nueve de los 13 partidos el abridor completó al menos cinco episodios.

El equipo escarlata (8-8) es el único que supera el ecuador en el calendario y, si bien marcha con un récord de tranquilidad gracias a un relevo medio que cede pocas oportunidades, allí alarma el escaso bateo situacional. Los rojos, con tres partidos más, han hecho igual número de carreras (44) que los amarillos, a pesar de que han despachado 22 imparables más. En los últimos tres encuentros solo hicieron cuatro vueltas y perdieron dos de esos compromisos.

Los dirigidos por Dave Jauss apenas batean .191 con corredores en bases (241-46) y .212 con hombres en posición de anotar (146-31), de acuerdo con beisboldata.com. Joe Dunand va de 11-1 (.091) con compañeros en segunda y tercera. Solo a Ronald Guzmán (Gigantes) le va peor entre los que han tomado al menos una decena de turnos en esa condición, al fallar en sus 11 oportunidades.

Ya son 138 los melenudos dejados en las bases, muy lejos de las 93 de las Águilas y 87 de los Toros, de acuerdo a winterballdata.com.

En Santiago sortean la marea con 6-7 a pesar de las bajas médicas (Edmundo Sosa, Melky Cabrera, Juan Lagares, Víctor Robles, Yohanys Quiala) y prenden la luz amarilla con la defensa. Los de Félix Fermín lideran la liga en pifias (15, los Toros solo llevan seis), que han costado ya siete carreras.

Las Estrellas tienen en sus infielders Jeremy Peña (.351) y Domingo Leyba (.423) con el madero encendido, pero no es suficiente. Eric Filia sigue frío (30-3/.206), peor van Sócrates Brito (36-3/.195) y Francisco Mejía (28-4/.194). El pitcheo verde tiene la peor efectividad (.358) y WHIP (1.34) y su defensa tiene 10 errores en igual número de choques.

En caso de que entre el cuarto y quinto lugar al final de la serie regular haya una diferencia no mayor de tres partidos, estos dos equipos jugarán una mini serie al mejor de tres encuentros y el que la gane avanzará a la semifinal.

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